
Vaginismos y dispareunias: similitudes y diferencias
A lo largo de nuestra vida, las mujeres – y todas las personas que tenemos vagina – seguro que hemos vivido alguna vez dolor a la hora de mantener relaciones por penetración. Esto puede ocurrir por muchos motivos: mantener relaciones estando poco lubricada, tener alguna herida o irritación en la vagina o la vulva, o incluso en ocasiones (cuando el dolor es más al fondo de la vagina) por algunas infecciones o procesos inflamatorios.
Esto que acabo de describir, este dolor al mantener relaciones penetrativas se conoce como dispareunia.
La dispareunia se da frecuentemente en determinados momentos del ciclo vital, como por ejemplo al entrar en la menopausia (debido a los cambios hormonales), durante los embarazos o tras ellos…
Lo que ocurre muchas veces es que se confunde la dispareunia con el vaginismo a nivel de términos. A veces me encuentro con mujeres que me dicen que tienen vaginismo cuando tienen dolores al tener penetraciones. Pero eso, acabamos de ver que no es vaginismo, que tiene otro nombre. Entonces…
¿Qué es el vaginismo?
Vaginismo hace referencia a una dificultad para mantener relaciones con penetración. Pero no una dificultad únicamente de dolor (dispareunia), sino una dificultad en la que los músculos de la vagina hacen unos espasmos que impiden a penetración o hacen que esta sea muy dolorosa (ya que la vagina va a estar prácticamente cerrada).
Muchas veces decimos que el vaginismo se entiende como un ciclo: en primer lugar, pensamos que nos va a doler porque ya hemos vivido ese dolor o porque creemos que el encuentro va a ser doloroso, eso hace que se produzcan esos espasmos y que el encuentro sea doloroso. Esos espasmos intensifican el dolor y el dolor intensifica los espasmos involuntarios.
Entonces, el dolor, la dispareunia, es una de las características del vaginismo, pero no es lo mismo, ni es exclusiva de este. Y el vaginismo es una de las causas de la dispareunia, pero no es la única ni es exclusiva tampoco.
Además, este ciclo espasmo-dolor muchas veces hace que la persona que tiene vaginismo evite tener encuentros con penetración. Y al no querer tener encuentros con penetración, lo extrapole a otro tipo de encuentros y haya también una pérdida de deseo, porque quiere evitar el dolor, entonces esto se convierte en otro ciclo que habría que romper.
¿Qué produce el vaginismo?
Al ser el vaginismo una respuesta involuntaria, y al ser así suele iniciarse por una experiencia dolorosa anterior, en cualquier extensión de la palabra y de las experiencias que puedan resultar dolorosas. Esto puede haberse producido de manera consciente – sé que X día me hice daño manteniendo relaciones y desde entonces soy incapaz, un parto doloroso, una experiencia traumática… – o inconsciente – no sé por qué, no recuerdo por qué o al final acabo recordando que con 5 años me caí y me hice daño y un día me acordé de ello.
Esto no significa que todos los vaginismos ocurran por una experiencia dolorosa. A veces puede ser un temor o un pensamiento ansioso. Esto hace que no estemos relajadas y que la vagina se contraiga, haciendo imposible cualquier relación penetrativa.
En cualquiera de los casos, el dolor que acaba produciéndose con los intentos es muy real, ya sea al intentar introducir un pene o un tampón, y eso es lo que alimenta el ciclo espasmo-dolor.
¿Tiene solución?
Sí. Así de rápido y sencillo.
El vaginismo en las consultas de sexología tiene un pronóstico muy bueno y – generalmente, porque cada caso es único – en pocas sesiones suele notarse una mejoría considerablemente grande siempre que haya compromiso por parte de la o las personas que acuden a consulta.
¿Has sentido alguna vez dolor en tus relaciones? ¿Cómo lo has solucionado?