Bien, hablemos de porno.

¿Qué es la pornografía? La pornografía es, según la R.A.E:
1. f. Presentación abierta y cruda del sexo que busca producir excitación. 2. f. Espectáculo, texto o producto audiovisual que utiliza lo definido anteriormente, 3. Tratado acerca de prostitución.
Teniendo en cuenta esto, podríamos decir que el porno es un medio más para obtener excitación y placer. Podemos intentar buscarle tres pies al gato, y darle vueltas sobre si está bien o está mal, pero eso ya entra dentro de los juicios morales de cada uno.
Aun así, hay unas cuantas cosas que hay que tener en cuenta cuando hablamos de porno, y para ello vamos a verlas haciendo un recorrido por el desarrollo evolutivo:
Los niños y el inicio del consumo.
Actualmente, la edad de inicio del consumo de porno se situa, como ya hemos dicho en otras ocasiones, en los 8-9 años. Hace un par de años, estaba en los 10. Va descendiendo debido al uso que hacen los niños de los teléfonos móviles. Un niño de 10 años, no está preparado para saber qué está viendo si llega a una página de pornografía, ya sea de casualidad, buscando algo que Fulanito dijo en el colegio o mediante publicidad engañosa.
Esto no quiere decir que le vaya a causar un trauma, ni mucho menos, simplemente no tiene las capacidades y estrategias necesarias para procesar qué es lo que está ocurriendo y si no se tiene un control y una educación sexual correcta desde temprana edad, sí que puede suponer un problema, porque podrían llegar a tener una visión distorsionada de lo que ocurre entre dos personas, desde el juego de la seducción al encuentro.
Tampoco es cuestión de que sientan que no tienen privacidad o de que sus propios padres no se fían de ellos, porque eso también puede ser contraproducente. Lo ideal sería, primero de todo, hablar con ellos para saber qué han visto o qué no, y explicarles, en caso de que fuese necesario, que eso son cosas que ven los adultos. Y si es algo que se escapa de las manos de los padres/responsables, para eso estamos los sexólogos aquí.
Consumo de pornografía en la adolescencia

Subamos unos 3, 4 o 5 años, y de ahí en adelante. Estamos en la adolescencia. Un adolescente sí sabe qué es lo que se está consumiendo, en esta etapa el problema es otro. El problema es que se lo crean, que crean que las relaciones y los encuentros eróticos son así. No vas a poder evitar que vean porno, ni necesariamente es algo que sea necesario evitar. Si en la etapa anterior debíamos tener un poco de cabeza con lo que dejamos que los niños vean en las pantallas, en la adolescencia tenemos que tomarnos la molestia de que sepan que lo que están viendo es ciencia ficción. Que sepan que son actores y actrices, como en una película cualquiera.
La industria del cine erótico es eso, una industria, que invierte dinero para hacer aún más dinero. Y lo que da dinero y funciona, ¿por qué lo van a cambiar? Es algo que no tenemos que perder de vista, a fin de cuentas, cuando hablamos de pornografía: está hecha para ser consumida y para satisfacer las necesidades del consumidor desde el punto de vista del consumo, el marketing y la ley de la oferta y la demanda. Punto. No le des más vueltas.
Eso es, precisamente, lo que hay que decirles a los jóvenes: que es mentira, que es una industria, y de las industrias que más dinero mueven y que las películas tienen más efectos especiales que las de Star Wars. Si van a consumir porno, que sea por ocio y no por hacerse un manual de instrucciones erótico con el que aprender cosas. Que sepan que luego no se van a encontrar eso en la vida real.

Lo que ocurre si no, es que cuando llegue el momento en el que tengan relaciones, van a pensar, por ejemplo, que todo va de meterla o que las mujeres nos excitamos con que nos de una brisa de aire. Y claro, eso en la vida real no les funciona. Intentar aprender a ligar o a follar con una película porno, es como intentar aprender a escalar viendo una película de Spiderman
Frase de Iván Rotella
o a hacer puenting viendo a Superman. ¿Qué tontería, no?
El porno y los adultos
Aquí voy a hablar desde dos puntos de vista diferentes.
Por un lado, he hablado con diferentes sexólogos, y una de las cosas que se repiten en consulta tiene que ver con las expectativas (en su mayoría masculinas) generadas por el porno: querer aguantar horas y horas y no poder, creer que ocurre algo por no correrse de X manera, creer que a su pareja les pasa algo porque no se excitan con no sé qué cosa,… Eso es un problema que viene derivado directamente de lo que decíamos de los adolescentes, consumir porno y creer que luego es así. Si consumimos porno sabiendo que es como cuando vas a ver Harry Potter, que (mal que nos pese a algunos) no vas a recibir carta de Hogwarts y una varita mágica, esto se ataja. Y esto se consigue, con Educación Sexual.
Por otro lado, están los padres de esos niños y adolescentes posibles consumidores de pornografía. A parte de lo que he dicho a lo largo del post, creo que lo más importante es procurar que reciban una educación sexual integral de calidad impartida por profesionales de la sexología, que les permita ser críticos con los contenidos que consumen. Si ya se imparte Educación Sexual en el centro educativo, procurar que sea impartida por profesionales sexólogos y si no es así, hacer una propuesta. Si no se impartiese en el colegio/instituto o no fuese suficiente, ponerse en contacto con sexólogos puede ser algo que valorar.
El porno en las relaciones de pareja
Este apartado va a ser breve, porque es inmenso. En algunas parejas, hay uno de los miembros al que no le gusta que el otro vea porno. Esto hace que a veces, el que lo ve, si le gusta verlo, lo haga a escondidas. La mayoría de las veces esto es por la creencia de que si ve porno es que no está suficientemente satisfecho/a conmigo, es que ya no le excito, es que ya no le gusto, es que desea a otros/as, y un largo etcétera. Esto no es así.
Primero de todo, las personas no decidimos qué nos pone, qué nos excita o qué deseamos. El porno puede ser una práctica erótica como otra cualquiera, en pareja o fuera de ella. Lo que no significa que no quiera estar contigo o que no le excites, es que hay muchos estímulos que le pueden excitar.
Lo más importante en estos casos sería la comunicación, pero no se puede generalizar porque al final, hay tantas parejas y tantos acuerdos como relaciones existen, lo que significa que hay infinidad de ellos.
Recomiendo encarecidamente este video, de los sexólogos de Astursex Iván Rotella y Ana Fernández, donde hablan del porno y cómo nos afecta:
En definitiva, todo lo que salga de estas indicaciones, ya se escapa a nuestro control. Puede gustarte más o menos el porno tradicional, puedes estar más o menos de acuerdo con la manera de hacerlo, o con la visión distorsionada que se da de la corporeidad masculina y femenina. Puede ser. Pero no pierdas de vista que el porno es una industria para ser consumida, no para ser disfrutada. Ahora mismo en internet puedes acceder a material erótico de todos los tipos que quieras: el «porno feminista» de Erika Lust, novelas eróticas, novelas gráficas y comics…
¡Espero tus comentarios!
Bibliografía y enlaces de interés
Reportaje completo: Sí, tus hijos ven porno. El Pais, con los sexólogos Iván Rotella y Ana Fernández.
«La edad del primer contacto con la pornografía ha bajado a los 8 años». La voz de Galicia.
Porno a los 10 años, ¿relaciones de riesgo en la adolescencia? La voz de Asturias.
A propósito de Kinsey: Seis décadas de informe. Anuario de Sexología AEPS 2008. Joserra Landarroitajauregi.