Aunque ya dejamos entrever algo sobre la menopausia en el post en el que hablamos sobre sexo y vejez de Pimentón Dulce, vamos a volver a hablar de ello. Hace unas semanas, en concreto el 18 de octubre, fue el día de la menopausia.
La menopausia es un fenómeno corporal normal, que suele ocurrir a las personas menstruantes* entre los 45 y los 55 años. La edad media son los 51, aunque hay a quién les viene antes o después de ese periodo.
¿Qué es exactamente la menopausia?
Si pones “menopausia” en cualquier motor de búsqueda, te aparece que es el periodo de la vida de la mujer en la que deja de tener menstruaciones. Ojalá fuese tan sencillo. Es cierto que normalmente asumimos que la menopausia es “que nos deja de venir la regla”, “que ya no somos fértiles”, y nos quedamos con ese simplismo. Pues bien, en realidad la menopausia es algo mucho más complicado.
La menopausia no es otra cosa más que tu cuerpo (tus ovarios en concreto) deja de producir estrógenos y progesterona. Point. Punto pelota.
Secundarios a esa pérdida de estrógenos serán el resto de “síntomas” conocidos de la menopausia: pérdida de la menstruación (sin ciclo hormonal, no hay regla), osteoporosis, pérdida de tono muscular, incontinencia, insomnio, pérdida de lubricación, sofocos… y, también, pérdida de deseo.
La menopausia se considera que empieza 12 meses después de que haya aparecido la última menstruación, y a esos 12 meses intermedios se les llama perimenopausia, un periodo de transición en el que las hormonas descienden progresivamente y que ya empieza años antes de esa última regla.
Los hombres también tienen: la andropausia
De toda la vida, mi abuela decía que si ella tenía menopausia, mi abuelo tenía pitopausia. Y de ahí no la bajaba nadie. Pues sí, señoras. Mi abuela tenía razón. Los hombres* también tienen lo suyo. Igual que tienen sus hormonas, y también tienen sus ciclos hormonales, también tienen su propia menopausia: la andropausia, un descenso en la producción de testosterona y suele ocurrir en el mismo periodo de tiempo, entre los 40 y los 55 concretamente.
¡Vaya! De nuevo vemos que no somos tan diferentes en aquello que creíamos serlo más… De hecho, los «síntomas» son bastante similares a los de la menopausia: irritabilidad, insomnio, sofocos y sudoración, y también pérdida de deseo.
Por otro lado, siempre hemos oído eso de que los hombres pueden embarazar toda la vida, son más fértiles y siempre tienen espermatozoides. Veremos qué ocurre con ello, porque a partir de la aparición de la andropausia, de ese descenso de testosterona, la calidad y cantidad de los espermatozoides cae de manera considerable. Por lo que poder, podrían embarazar a lo largo de la vida, pero si ya es difícil un embarazo entre dos personas jóvenes y sanas en pleno potencial reproductor, cuando la cantidad de células reproductivas cae considerablemente, eso también dificultará el embarazo. Aunque el óvulo proceda de una mujer de 20 años.
La andropausia es esa gran desconocida a la hora de hablar de la vejez masculina. De hecho, si buscas andropausia en el buscador del NIA: National Institute of Aging (instituto nacional estadounidense de la vejez), todos los resultados que te dan son sobre la menopausia.
Afecta al deseo, pero…
Tanto la menopausia como la andropausia pueden tener efecto en el deseo, al igual que en el resto de cuestiones que tienen que ver con el estado de ánimo y hormonas. Pero eso no significa que definan el deseo de manera radical y exclusiva. Una de las cosas que más repetimos en terapia es que es un error dar el deseo por hecho, hay que trabajarlo. Sí, el deseo se trabaja y se cultiva, y florece como una planta.
Es cierto que en ocasiones, los «síntomas» de la menopausia y la andropausia no ayudan. Como puede ser la sequedad vaginal, las dificultades con la erección, la pérdida de tono o incluso otras cuestiones que tienen que ver con la edad. Pero a esas cuestiones se les puede poner remedio de manera «sencilla», aplicando hidratantes vaginales por ejemplo o intentando redescubrir nuestros gustos.
Creemos que el deseo tiene que ser espontaneo y venir dado. Pero esto no es así, ni con 20, ni con 30, ni con 70. El deseo es una cuestión a trabajar. Es fácil trabajarlo cuando tus hormonas y neurotransmisores están favoreciéndolo y siempre tienes ganas, como en la adolescencia o el enamoramiento. Pero ¿después? Después, sin esos ruedines, es donde hay que trabajar en ello, en hacer cosas que nos gustan y descubrirnos.
Así que, si has llegado hasta aquí preguntándote si tu deseo y tus ganas pueden volver, te anticipo que es probable que sí. Si quieres saber más, tal vez una consulta pueda aclarar cosas de tu caso concreto. Puedes ponerte en contacto conmigo en la sección de contacto.
*No olvidemos que cualquiera que tenga vulva, independientemente de su identidad sexual (hombre, mujer…), también es persona menstruante.