
La erección: ese fenómeno mágico (y común)
Hoy vamos a hablar de erecciones. Para ello lo primero que vamos a hacer es ir al diccionario de la Real Academia de la Lengua Española:
Erecto: 1. Enderezado, levantado, rígido.
Erectil: 1. Que tiene la facultad o propiedad de levantarse, enderezarse o ponerse rígido.
Erección: 1. f. Acción y efecto de erigir o erigirse. Aprobaron la erección de un monumento. 2. f. Acción de ponerse erecto algo, especialmente el pene. 3. f. Tensión (‖ estado de un cuerpo sometido a fuerzas opuestas).
Bien, visto esto… El pene se erecta, pero… ¿por qué?
Por qué se erecta el pene
Para saber esto hemos de conocer la anatomía del pene:
Lo primero que tienes que saber es que en el resto de mamíferos, el pene tiene hueso, pero en el caso de los humanos esto no ocurre, haciendo que la erección sea totalmente dependiente de la sangre y el músculo.
Para que el pene se erecte en el caso del humano, tienen que llenarse los cuerpos cavernosos de sangre. Pero esto no ocurre porque nosotros queramos, sino a raíz de algo: bien sea un estímulo que nos excite o sean erecciones fisiologicas (como las que ocurren por las noches). Nosotros no podemos controlar que vaya más o menos sangre a los cuerpos cavernosos de manera voluntaria, ya que los vasos están hechos de musculo liso, que no podemos controlar.
Pero que no podamos controlar igual que controlamos nuestro brazo (musculo estriado, que sí podemos controlar), no significa que no nos conozcamos lo suficiente como para conocer los estímulos, los botones, que hacen que nos excitemos y fomenten la erecciones.
Todos tenemos erecciones
La erecciones forman parte del ciclo vital tanto de hombres como de mujeres.
No solo porque haya mujeres que tienen pene y hombres que tienen vulva, sino porque en el aparato genital femenino también hay un órgano eréctil que es primohermano del pene: el clitoris.
La anatomía interna del clítoris es muy similar a la del pene. Como provienen de la misma estructura embrionaria, el clítoris también tiene cuerpos cavernosos y, por tanto, también tiene capacidad de ponerse duro. Si te has tocado alguna vez estando excitada, lo habrás notado endurecido.
Conclusión
Una vez visto el mecanismo de al erección, hablemos de las erecciones. Hay erecciones mejores, peores, buenas, malas y de todos los colores y tamaños. Ni todas son iguales, ni todas tienen que ser buenas.
Muchas veces, cuando una erección no es “buena” se trata con angustia por parte de la persona que la vive, de su compañera/o o de la sociedad en general. Que el pene no se eleve una vez no significa que no vaya a levantarse nunca más y puede haber muchos motivos para que cueste mantener la erección: estrés, tener el pensamiento en otra cosa, preocupaciones,…
Además, que el pene no erecte no tiene por qué significar el fin del encuentro erótico o que este vaya a ser poco placentero. Pueden hacerse muchas otras cosas en las que el pene no intervenga: caricias, incluir juguetes, estimular otras zonas… Si el fin del encuentro es el placer, el placer no es exclusivo del pene y del coito.
Si tienes problemas con las erecciones o con el deseo, siempre puedes acudir a un profesional de la sexología que te ayude en el proceso. Es algo que suele tener un buen pronóstico siempre que se colabore y se realicen las tareas indicadas por el terapeuta.